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El renovado Santiago Bernabéu ha incorporado una de sus mayores innovaciones: la cubierta retráctil que puede abrirse o cerrarse en cuestión de minutos. Desde su estreno, muchos aficionados han notado que el Real Madrid suele optar por disputar sus encuentros con el techo cerrado, lo que ha dado pie a rumores y especulaciones. Algunos medios y youtubers han insinuado incluso que la estructura podría estar averiada, algo que es rotundamente falso.
La realidad es muy distinta y responde a una combinación de factores:
Un ambiente más intenso
Con la cubierta cerrada, el sonido de la afición se concentra dentro del estadio, generando una atmósfera más intimidatoria para el rival y más emocionante para el público local.
Confort climático
Aunque no siempre haya lluvia o viento, cerrar la cubierta ayuda a proteger del frío, las corrientes de aire y otras inclemencias, garantizando mayor comodidad para jugadores y espectadores.
Normativa y reglamento
En partidos de LaLiga, el club tiene libertad para decidir sobre el uso de la cubierta. En competiciones UEFA, en cambio, la decisión debe ser validada por el delegado del partido y el árbitro, siguiendo lo establecido en el reglamento.
Ventaja estratégica
Además del espectáculo visual que supone, el cierre del techo es también una herramienta competitiva. Al reducir factores externos como el viento o la temperatura, el Real Madrid maximiza el control sobre el entorno de juego.
En definitiva, el uso habitual de la cubierta cerrada no es fruto de fallos técnicos, sino de una planificación consciente para sacar el máximo partido a la nueva joya arquitectónica del Bernabéu. El partido de hoy contra el Espanyol vuelve a demostrar que este recurso forma ya parte de la identidad del nuevo estadio y de la estrategia deportiva del club.
