El debate comenzó con un intercambio aparentemente ligero, pero pronto derivó en un terreno más ideológico. Mariló Montero acusó a RTVE de haber caído en lo que ella describió como una “politización evidente”, asegurando que la actual programación está dominada por voces y presentadores afines a la izquierda.
Mariló Montero ha ido a La Revuelta a decir verdades ante un Broncano que se revolvía y un público que ha dejado claro que este no es un programa para la audiencia general, sino para gusto y disfrute de la izquierda
— Hugo Pérez Ayán (@hp_ayan) September 9, 2025
Por mí genial, pero no con mi dineropic.twitter.com/M3pR50m7Z0
David Broncano, lejos de esquivar la confrontación, respondió con firmeza y terminó admitiendo lo que hasta ahora muchos intuían: “Soy de izquierdas”. La frase, lanzada sin ambages, generó un revuelo inmediato en redes sociales, donde se multiplicaron tanto los mensajes de apoyo como las críticas.
Esta confesión adquiere un peso especial si se tiene en cuenta el reciente contrato del cómico con RTVE, que ha sido objeto de debate político y mediático en las últimas semanas. Para algunos, su declaración refuerza la idea de una televisión pública alineada con una corriente ideológica concreta; para otros, supone un ejercicio de honestidad que rompe con la ambigüedad que rodea a muchas figuras televisivas.
Más allá de la controversia, lo sucedido en La Revuelta confirma la capacidad del formato para generar temas de conversación que trascienden la pura entrevista. Broncano, con su estilo directo, parece haber abierto un nuevo capítulo en su carrera televisiva, uno marcado ya por un posicionamiento ideológico explícito.
Lo que queda claro es que el choque con Mariló Montero no solo animó la noche televisiva, sino que también ha colocado a Broncano en el centro de un debate mayor: el papel de la ideología en la televisión pública española.