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Ganadería extensiva en Madrid y Andalucía para prevenir incendios forestales

La ganadería extensiva se consolida como herramienta clave en la prevención de incendios en España. Tanto Madrid como Andalucía apuestan por ovejas, cabras y vacas como cortafuegos vivos capaces de reducir la vegetación inflamable y frenar la propagación del fuego, recuperando además una actividad tradicional en declive.

Redacción - 31/8/2025
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Cabezas de ganado pastando en la sierra de Madrid
Cabezas de ganado pastando en la sierra de Madrid

La ganadería extensiva está demostrando ser una de las herramientas más eficaces y sostenibles para prevenir incendios forestales en España. Tanto en la Comunidad de Madrid como en Andalucía, los rebaños de ovejas, cabras y vacas se han convertido en auténticos cortafuegos naturales.

Estos animales actúan como “desbrozadoras andantes”, manteniendo la hierba baja, abriendo claros y reduciendo la vegetación inflamable que sirve de combustible al fuego.

Vacas pastando en la sierra de Guadarrama // Comunidad de Madrid
Vacas pastando en la sierra de Guadarrama // Comunidad de Madrid

Programas en ambas comunidades demuestran resultados concretos. Según WWF, un rebaño de cabras puede reducir un matorral de 20-25 toneladas de materia seca por hectárea hasta dejarlo en apenas 5 toneladas. Una eficacia difícil de igualar por medios mecánicos o químicos.

En Andalucía, la Junta puso en marcha la Red de Áreas Pasto-Cortafuegos de Andalucía (RAPCA) dentro del Plan INFOCA. Hoy en día, 228 ganaderos y sus rebaños mantienen más de 3.200 kilómetros de cortafuegos, con actuaciones reguladas y evaluadas para medir la reducción efectiva del material inflamable. Sólo en Málaga, desde el arranque pionero en 2005, han participado 31.000 cabezas de ganado (ovejas, cabras y vacas)

Sin embargo, esta solución natural se ve amenazada por el progresivo abandono de la ganadería extensiva. En los últimos 30 años:

  • La cabaña de ovino ha disminuido un 40%.
  • El número de cabras ha caído en torno al 30%.

Esto ha dejado 2,32 millones de hectáreas abandonadas o sin uso agrario, paisajes homogéneos y densos que funcionan como polvorines naturales.

Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama // Comunidad de Madrid
Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama // Comunidad de Madrid

Madrid multiplica su apuesta

Frente a estos retos, la Comunidad de Madrid ha multiplicado por siete en la última década el uso de pastoreo preventivo. La propia presidenta Isabel Díaz Ayuso lo destacó hace unas semanas tras los graves incendios: “apostar por los rebaños es apostar por la prevención”.

La experiencia de Madrid y Andalucía demuestra que el pastoreo preventivo es mucho más que una curiosidad ecológica: es una estrategia eficaz, sostenible y rentable. Allí donde los rebaños mantienen limpia la vegetación del monte, los incendios encuentran mucha más dificultad para propagarse. Esa reducción del combustible vegetal no solo disminuye la intensidad del fuego, sino que también permite que, en caso de declararse, pueda ser controlado con mayor rapidez y seguridad por los equipos de extinción.

Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón // Comunidad de Madrid
Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón // Comunidad de Madrid

En el caso de la Comunidad de Madrid, la apuesta ya se traduce en cifras muy concretas. En 2024 participaron 97 ganaderías con un total de 21.315 animales:

  • 9.673 vacas
  • 5.750 ovejas
  • 5.630 cabras
  • 179 caballos

Estos rebaños consiguieron limpiar 3.315 hectáreas en zonas de especial riesgo como las sierras de Guadarrama y Somosierra, con el objetivo de alcanzar en 2025 las 4.000 hectáreas. El dispositivo forma parte del Plan Anual de Prevención, Vigilancia y Extinción de Incendios, que desde 2011 combina el trabajo de las ganaderías con la acción de brigadas forestales sobre otras 2.314 hectáreas en 58 municipios.

El control de los rebaños no es improvisado: los bomberos regionales planifican junto a los propietarios las áreas críticas para pastoreo preventivo. La presencia del ganado en estas zonas convierte la hierba y el matorral en alimento antes de que puedan transformarse en combustible. Así, el fuego encuentra menos material para avanzar, se propaga con menor intensidad y no alcanza la copa de los árboles, lo que aporta un extra de seguridad a los equipos de extinción.

Además, Madrid ha sabido incorporar tecnología avanzada a esta práctica ancestral. Desde 2019 se utilizan collares GPS solares en más de 926 animales, una inversión cercana a 100.000 euros, que permite a los pastores controlar el movimiento del rebaño desde una aplicación móvil. Con este sistema de “vallados virtuales”, el pastor puede delimitar la zona de pasto y guiar al rebaño sin necesidad de cercados físicos. Si un animal se acerca al límite establecido, recibe primero un aviso sonoro y, de persistir, un pequeño impulso de baja intensidad que evita que salga de la zona segura.

En definitiva, el pastoreo extensivo ordenado se confirma como un aliado estratégico contra los incendios: protege nuestros montes, dinamiza las economías locales y mantiene vivas tradiciones que forman parte de la identidad cultural del paisaje mediterráneo. Y ahora, gracias a la innovación tecnológica, demuestra también que tradición y modernidad pueden ir de la mano para ofrecer soluciones reales a uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo.

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