La expresión coalition of the willing apareció en 2003, cuando Estados Unidos reunió a varios países dispuestos a apoyar la invasión de Irak al margen de la ONU. Se trataba de aliados que no estaban obligados por tratados, pero que se sumaban voluntariamente a la iniciativa. Desde entonces, el término se identifica con alianzas flexibles, creadas más por voluntad política que por estructuras internacionales formales.
Lo que está en juego en Ucrania
En 2025, el concepto resurge con el conflicto entre Rusia y Ucrania. La reunión Trump–Putin en Alaska terminó sin un alto el fuego, pero abrió la puerta a una cumbre trilateral que incluiría a Volodímir Zelenski. El riesgo para Ucrania es que su futuro se decida en un acuerdo bilateral entre Washington y Moscú.
Es aquí donde la coalición de los dispuestos cobra relevancia: un bloque europeo empeñado en que Kiev tenga voz propia en la mesa y que sus intereses estratégicos no se diluyan en compromisos a puerta cerrada.
Quiénes la integran
La coalición actual está formada por algunos de los actores más relevantes de Europa: Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Polonia y Finlandia, junto con las instituciones de la Unión Europea representadas por Ursula von der Leyen y António Costa.
Este grupo ha dejado claro que Rusia no puede vetar el futuro ingreso de Ucrania en la UE o en la OTAN, que Kiev debe contar con garantías de seguridad firmes y que las fronteras no se pueden modificar por la fuerza.
Claves y expectativas
En definitiva, mientras Trump y Putin miden fuerzas diplomáticas, la coalición europea pretende ser el contrapeso que garantice que el conflicto no se negocia a espaldas de Ucrania.
Lo que viene
Zelenski ha aceptado la propuesta de Trump y viajará a Washington en los próximos días para tratar los detalles de la posible cumbre a tres bandas. La coalición de los dispuestos, por su parte, ha mostrado disposición a respaldar ese encuentro, siempre que conlleve una paz “justa y duradera”.
El desenlace aún es incierto, pero el retorno de este concepto político nos recuerda algo: los conflictos internacionales no solo se libran en el frente militar, también en el terreno del lenguaje y las alianzas.